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CÓMO OFRECER HELADOS DE CALIDAD

No hay una receta perfecta ni ideal, en cada zona, en cada casa,  en cada situación particular, cambian los parámetros de calidad. Pero es verdad, que si cumplimos con unos parámetros medios tendremos la mayor parte de la calidad asegurada.

   El primer parámetro de calidad que tenemos que tener en cuenta es la salubridad.  Nunca podremos ofrecer nada de calidad si lo primero que descuidamos es la salud, por eso darle una importancia total a la conservación de todos y cada uno de los ingredientes, incluso desde antes de que lo recibamos.

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   Comprobar si las empresas que nos suministran  los ingredientes cumplen como mínimo con la legislación sanitaria vigente y si los medios de almacenaje y transporte son los adecuados para los ingredientes que nos suministran. 

    Tenemos que vigilar que el lugar donde almacenemos los ingredientes no solo sean adecuados sino idóneos, adaptando el lugar a su temperatura adecuada y la facilidad de la limpieza de los mismos. Conteniendo los  mismos en recipientes adecuados, y muy importante facilitando el consumo en orden de llegada.

   Evitar los riesgos de contaminación cruzada, e incluso de mezcla de sabores. Por ejemplo, guardar el producto en las cámaras frigoríficas o de congelación en envases cerrados, así evitar que cojan sabores indeseados y en el caso de que algo se estropee no nos contamine el resto de ingredientes. Hay que seguir la premisa de ante la duda retirar el producto.

  Otra de las partes importantes es utilizar y cuidar la mejor maquinaria que tengamos a nuestra disposición, para garantizar su conservación tanto antes de elaborar el helado como durante la venta. Mantener limpios los condensadores y los evaporadores de la misma manera que podemos tener limpios los interiores.

   Un helado recién hecho nos da una textura que nos gusta mucho, pero parte del agua está sin congelar y el tamaño del cristal de hielo es muy pequeño. Esto podría ser ideal para venderlo en el mismo momento (helados soft), pero si queremos tener una oferta variada y mantenerla durante más tiempo, tendremos que facilitar su almacenamiento; es necesario conservarlo alejado de la luz, de otros productos no envasados que probablemente le transfieran sabaor y a una temperatura más baja de la de servicio.

   Para la venta,  lo peor que existe es una vitrina abierta, donde le da  mucho la luz y además al estar abierta, le entra aire caliente que descongela la superficie del helado. También si tenemos el helado más de ocho horas en una vitrina tendremos que realizar algún desescarche para que el rendimiento de la vitrina sea el idóneo.

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  Visto que la vitrina de exposición es el lugar donde peor se conserva el helado, y que sin ella las ventas bajarían considerablemente, tendremos que tomar algunas medidas para que estén, en la misma, el mínimo tiempo posible. Para ello, algunas sugerencias serían:  

 – recogeremos el helado todas las noches a una cámara de conservación un poco más fría. Además, así se podrá limpiar la vitrina más fácilmente.

 – utilizaremos cubetas o envases del tamaño adecuados a la venta, intentaremos que se venda en el día.

 – evitaremos tener una masa de helado pequeña pues se descongelará más rápidamente que una masa grande.

 – tendremos el máximo tiempo posible cerrada la vitrina expositora.

 – para crear recetas primero tendremos que elegir el o los ingredientes que aporten el sabor.

Así que,  seguir dando y ofreciendo un helado con una óptima calidad está en nuestras manos.

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